Funeral de Maria del Carmen Martínez-Villaseñor: Una despedida emocionante en la Cuenca que amaba
Este próximo jueves, 22 de junio, se llevará a cabo el funeral de Maria del Carmen Martínez-Villaseñor en el Cementerio Municipal de Cuenca, según confirmó su hijo, Miguel Almanzor, hace unos minutos a eldiadigital.es. Antes del entierro, se realizará una misa alrededor de las doce del mediodía en una iglesia de la capital conquense que aún no se ha determinado. Almanzor emocionado, afirmó: “Todos los españoles están invitados a venir a dar el último adiós a mi madre. Esa era su deseo para su despedida”.
Aunque Maria Carmen Martínez-Villaseñor partió en silencio, su hijo quiere que su despedida sea grandiosa y en la ciudad de Cuenca, donde ella tenía su corazón. Así lo explicó Miguel Almanzor en una breve entrevista reciente con eldiadigital.es, detallando cómo se llevará a cabo el adiós a su madre.
Los restos mortales de Mari Carmen Martínez-Villaseñor llegarán al Tanatorio de Majadahonda el miércoles a las ocho de la mañana y permanecerán allí hasta las ocho de la mañana del jueves. Su hijo, Miguel Almanzor, muy emocionado, enfatizó que “cualquiera que desee despedirse de ella y darle su último adiós podrá hacerlo, ya que las puertas estarán abiertas para todos los españoles”.
Posteriormente, el jueves por la mañana, los restos mortales serán trasladados a Cuenca, donde se llevará a cabo una misa alrededor de las doce del mediodía (la iglesia aún está por determinar), seguida del entierro en el Cementerio Municipal. Miguel dijo a eldiadigital.es: “El traje de mi mamá, como ella solía llamar a su cuerpo, ya que pensaba que el cuerpo era solo un traje y lo importante estaba en su interior, irá a Cuenca para que todos los conquenses que lo deseen puedan mostrarle su cariño y darle su último adiós. Estoy seguro de que así es como a ella le hubiera gustado ser despedida”.
Un mes después, aproximadamente, se llevará a cabo un funeral en Madrid.
Según su hijo, Mari Carmen Martínez-Villaseñor dejó todo organizado antes de su fallecimiento. No solo compró una sepultura en el Cementerio de Cuenca y dejó escrito su epitafio, sino que también organizó el traslado de sus restos mortales desde Tenerife, donde residía, hasta la península. “Era una mujer muy organizada. No solo compró una tumba, sino cuatro: una para ella, otra para mí, otra para mi pareja y otra por si teníamos hijos”, detalló.
Su hijo resaltó que ella era “un referente inalcanzable” y que amaba profundamente a su ciudad y a su gente. De hecho, durante la entrevista, Miguel Almanzor se encontraba frente al domicilio de su madre en Tenerife, donde “en uno de los cristales de la puerta tiene una pegatina que dice ‘Cuenca es guay'”.
“Cuenca fue su lugar de nacimiento, la Cuenca de sus amores. La amaba tanto que decidió descansar allí para siempre”, concluyó.
