Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, el duque de Riánsares

En la rica historia de , localidad cercana a del Campo, hay nombres que destacan por su relevancia histórica y su impacto en la política y sociedad de España. Uno de ellos es Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, nacido el 4 de mayo de 1808, quien pasó de una vida modesta en su pueblo natal a convertirse en duque de Riansares, consorte de la reina gobernadora María Cristina de Borbón y una figura clave en los eventos políticos de su .

Orígenes y Ascenso a la Corte

Agustín Fernando Muñoz provenía de una familia sencilla. Sus padres, Juan Antonio Muñoz y Eusebia Sánchez, regentaban un estanco en Tarancón. Sin embargo, un antecedente familiar le abriría las puertas de la Corte: su abuela, Eugenia Funes, había sido nodriza de la infanta Carlota Joaquina, lo que llevó a que Carlos III otorgara el privilegio de hidalguía a su familia. Gracias a esto, Agustín pudo ingresar en la Compañía de Guardia de Corps, donde su porte y gallardía llamaron la atención de la reina regente María Cristina.

Un Amor Secreto que Cambió el Destino

En 1833, pocos meses después de la muerte de Fernando VII, María Cristina y Agustín contrajeron matrimonio en secreto en el Palacio Real de Madrid. Este matrimonio morganático no solo desafió las normas sociales de la época, sino que también comprometió la posición de la reina como regente de su hija Isabel II. A pesar de los intentos por ocultar su unión y los hijos nacidos de ella, las críticas no tardaron en llegar, afectando la popularidad de la reina.

Del Exilio a la Consolidación

Cuando María Cristina fue obligada a renunciar a la regencia en 1840, ambos partieron al exilio en Francia. Desde allí, Agustín se convirtió en un activo opositor al regente general Espartero. Tras el regreso de María Cristina a España en 1844, Agustín fue legitimado como su esposo y nombrado duque de Riansares por la reina Isabel II. Posteriormente, fue ascendido a teniente general, condecorado con el Toisón de Oro y la Gran Cruz de Carlos III, y se le otorgó un asiento como senador vitalicio.

El Duque y Tarancón

El duque de Riansares nunca olvidó sus raíces. En Tarancón, compró terrenos alrededor de la ermita de la Virgen de Riansares tras la Desamortización de Mendizábal. Allí construyó un palacio con jardines y un panteón donde descansan sus restos. Además, edificó otro palacio en el casco antiguo de Tarancón, que hoy es la sede del Ayuntamiento.

Su legado en Tarancón se extiende más allá de la arquitectura. Fue mecenas de artistas como Mariano Fortuny y una figura influyente en el desarrollo del pueblo. Su título de duque de Riansares, tomado del nombre de la patrona local, simboliza la conexión profunda entre el político y su tierra natal.

Tras los levantamientos de 1854, Agustín y su familia regresaron al exilio en Francia, donde vivieron en su residencia de Saint-Adresse. Allí permaneció hasta su muerte el 13 de septiembre de 1873. Su esposa, María Cristina, falleció cinco años después.

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