El Tesoro del Castillo de Cuenca
Dicen que bajo las ruinas duerme algo más que piedras y silencio…
Sobre la ciudad de Cuenca, entre riscos y leyendas, se alzan los restos del antiguo castillo árabe, convertido en fortaleza cristiana tras la Reconquista. Sus muros, hoy en ruinas, han sido testigos de batallas, traiciones… y también de secretos jamás desvelados.
La tradición cuenta que, en los días del asedio cristiano, los últimos guardianes del castillo ocultaron un tesoro en sus profundidades. No eran solo monedas o joyas: se hablaba de reliquias sagradas, libros antiguos y objetos de poder incalculable. Para protegerlo, sellaron los accesos y dejaron encantamientos para que nadie pudiera hallarlo sin pagar un alto precio.
Desde entonces, muchos han intentado encontrarlo. Algunos aseguran haber visto luces extrañas por la noche, otros dicen haber oído lamentos o pasos entre las piedras. Incluso hay quien afirma que una figura encapuchada custodia los restos, y que si alguien se acerca demasiado, se pierde entre los muros… y nunca regresa.
Pero lo cierto es que nadie ha encontrado el tesoro. O, tal vez, quien lo hizo no vivió para contarlo.
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