Nino Bravo: La Voz Eterna del Mediterráneo que se apagó en Villarubio

Luis Manuel Ferri Llopis, conocido mundialmente como Nino Bravo, nació el 3 de agosto de 1944 en Ayelo de Malferit, Valencia. Desde muy joven, la vida del artista estuvo marcada por la música, a pesar de que sus primeros pasos profesionales los dio como aprendiz de joyero en la capital valenciana, donde vivió desde el primer año de su vida. En sus ratos libres, su extraordinaria voz comenzó a destacar en rondallas y grupos musicales locales, donde imitaba a estrellas como Tom Jones y Engelbert Humperdinck, ídolos de la época que inspiraron al joven cantante.

El verdadero salto a la fama de Nino Bravo ocurrió el 16 de marzo de 1969 en el Teatro Principal de Valencia, donde una actuación memorable conquistó a su público local. Gracias al apoyo de amigos y seguidores, decidió mudarse a Madrid en busca de un futuro en la industria musical. Allí firmó un contrato con Polydor, una discográfica importante, y comenzó a trabajar bajo la batuta del compositor Manuel Alejandro. Aunque su primer disco recibió críticas moderadas y comparaciones con el ya consagrado Raphael, Nino no se desanimó.

Fue en 1970 cuando llegó su gran éxito, Te quiero, te quiero, con música de Augusto Algueró y letra de Rafael de León. Esta canción lo catapultó al número uno de las listas de éxitos, y con ello Nino Bravo se consolidó como una de las voces más importantes del país. A partir de ahí, canciones como Un beso y una flor, Noelia, América, América y Libre se convirtieron en himnos de una generación, gracias a la intensidad de su interpretación y su inconfundible timbre de voz.

El año 1971 fue particularmente especial para el cantante, cuando Un beso y una flor alcanzó el primer puesto en las listas de las principales emisoras de radio. El éxito le permitió vivir con comodidad, y pudo adquirir un Mercedes, coche que, lamentablemente, marcaría el trágico destino de su vida.

El 16 de abril de 1973, mientras viajaba a Madrid para seguir trabajando en nuevos proyectos, Nino Bravo sufrió un accidente automovilístico en la carretera Madrid-Valencia, a la altura de Villarrubio, . Sus acompañantes sobrevivieron, pero Nino perdió la vida a los 28 años, dejando atrás una carrera brillante y un legado que se convertiría en leyenda.

Tras su muerte, Nino Bravo se transformó en un mito de la música española. Sus discos han sido reeditados numerosas veces, y su voz continúa emocionando a generaciones nuevas y antiguas. Desde el Mediterráneo hasta América Latina, la música de Nino Bravo sigue viva, y su legado, engrandecido por el tiempo, lo ha convertido en una de las figuras más emblemáticas de la canción en español.

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