Olmeda de la Cuesta: el pequeño pueblo de Cuenca con su propio museo al aire libre de anuncios icónicos
Enclavado en la serena provincia de Cuenca, el pueblo de Olmeda de la Cuesta, con apenas unos 20 residentes en la actualidad, ha encontrado en la nostalgia y el encanto de la publicidad antigua una forma única de atraer visitantes y embellecer sus calles.
La historia comienza con una iniciativa singular liderada hace unos tres o cuatro años por el entonces alcalde, José Luis Regacho (ahora concejal), con la visión de revitalizar la localidad a través de una galería de anuncios emblemáticos. Esta colección, que ahora comprende cerca de 80 reproducciones, incluye letreros de Nitrato de Chile y una asombrosa variedad que evoca los recuerdos colectivos de generaciones pasadas.
Los vecinos se sumaron a esta idea, ofreciendo las fachadas de sus hogares para albergar estos anuncios, creando así el primer y único museo de la publicidad al aire libre en el país. Entre las piezas más notables se encuentran reproducciones del famoso letrero de Schweppes, el Tío Pepe de la Puerta del Sol de Madrid, el icónico muñeco de Michelín, anuncios de marcas clásicas como Tintes Iberia, Sidra El Gaitero, Insecticidas Orion, y el inolvidable “Beba Kas y nada más”, entre otros.
@gamusino buenas, le sigo en RRSS y veo que le interesan marcas y logotipos, el alcalde de mi pueblo llevó una iniciativa de poner carteles en las calles de marcas variadas y quizás le interese verlas. El pueblo se llama Olmeda de la Cuesta, en Cuenca, si le gusta me puede escrib pic.twitter.com/4tj1hH4lof
— Jose Luis (@jlcollados) April 22, 2023
Sin embargo, la joya de la colección es el toro de Osborne, un símbolo reconocible en toda España. Esta imponente réplica, de unos 3 metros de altura y confeccionada con material original, es el único toro que conserva su diseño original con las palabras “Veterano Osborne”, la icónica copa en el centro y los característicos cuernos blancos, como en sus primeras versiones de los años cincuenta.
Esta iniciativa, más allá de ser un simple conjunto de carteles, se ha convertido en un viaje a través de la historia publicitaria del país, atrayendo a curiosos y entusiastas que buscan revivir esos momentos únicos que marcaron una época. La singularidad de este museo al aire libre es un testimonio vivo del ingenio y la creatividad que aún pueden cautivar y emocionar a la gente en la actualidad.
