Antonio Ruiz y Cobo, el primer campeón europeo de España de origen taranconero

Antonio Ruiz y Cobo, conocido en el mundo del boxeo como «El Emperador de Vallecas», nació el 13 de junio de 1904 en , . Proveniente de una familia humilde con dieciséis hermanos, su vida estuvo marcada por las dificultades económicas y los sacrificios. Su familia se trasladó al barrio madrileño de Vallecas en sus primeros años de vida, un lugar que terminaría moldeando tanto su carácter como su destino.

Aunque Ruiz soñaba con ser torero, pronto dejó los capotes para dedicarse a una nueva pasión: el boxeo. Fue Frank Hoche quien lo guio en sus primeros pasos en el cuadrilátero. Albañil de oficio, comenzó a entrenar en sus ratos libres, y gracias a su tremenda agresividad y capacidad de pegada, rápidamente se destacó en el circuito profesional. Debutó en 1922 y, apenas dos años después, el 22 de febrero de 1924, se coronó campeón de España en la categoría de peso pluma tras derrotar a Alfonso Cañizares en Barcelona.

El 30 de octubre de 1925 marcó un antes y un después en la vida de Ruiz y en la historia del deporte español. En un Circo de Price abarrotado, derrotó al belga Henri Hebrans y se convirtió en el primer campeón de Europa español en la categoría de peso pluma. El triunfo lo catapultó a la fama nacional. Vallecas lo recibió como un verdadero héroe, y no tardó en ser apodado «El Emperador de Vallecas», un título que lo acompañaría durante el resto de su carrera. En noviembre de ese mismo año, Ruiz revalidó su título ante Young Cyclone, otro histórico enfrentamiento entre dos boxeadores españoles con el título europeo en juego.

Sin embargo, su carrera comenzó a declinar tras perder el título europeo en 1928 ante el italiano Luigi Quadrini. A pesar de buscar nuevas oportunidades en Argentina, nunca logró alcanzar el éxito internacional que soñaba. En 1935, tras una serie de derrotas y la mala gestión de su fortuna, decidió retirarse del boxeo.

La vida de Ruiz después del ring fue desafortunada. De ser uno de los boxeadores más taquilleros de España, terminó en la pobreza. Su fin fue tan dramático como su ascenso: fue hallado sin vida en una fría calle madrileña el 25 de noviembre de 1957, víctima del frío y la inanición. Con su muerte, desapareció una de las figuras más emblemáticas del boxeo español, dejando un legado marcado por la gloria y el infortunio.

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