Exclusión
José A. Martín-Buro Mañas
Responsable de Bienestar Social del Consejo Político del PP-CLM
Podría hablar del “Segundo Informe 2021 sobre la Pobreza Severa en España”, editado por EAPN España, que cuantifica que en Castilla-La Mancha hay 226.730 personas se encuentran en ésta situación en 2020, 33.520 personas más que en 2019, donde la cifra se situaba en 193.210 personas. Más de una de cada diez personas que residen en nuestra región se encuentra en situación de pobreza severa. Es un dato que nos debiera hacer reflexionar a todos, adoptando las medidas oportunas, en todas las áreas, para superar tan sonrojante porcentaje.
Podría hablar sobre la escandalosa escalada del precio de suministros básicos que ha provocado que, muchas familias que ya vivían en una situación de gran precariedad, hayan colapsado hasta el punto de no poder asumir una situación que se convierte en insostenible. El precio de la electricidad marca, diariamente, un nuevo récord, con una subida que está cerca de triplicar la del año anterior. Un auténtico despropósito que no tiene fin, ahogando a familias y empresas.
Podría hablar de la exigencia de TODAS las organizaciones sociales, de los colegios profesionales, de la sociedad civil de nuestra región, en recuperar instrumentos tan imprescindibles como el liquidado Ingreso Mínimo de Solidaridad, hoy solamente vigente para los que pudieron acreditar su situación ¡en 2019!. O como la disminuida Ayuda de Emergencia Social va siendo renovada para multiplicar la repercusión mediática y no para atender lo que personas y familias precisan. Aquellos que plantearon el Ingreso Mínimo Vital como la oportunidad para renunciar a las competencias propias para con las personas y famililas, son los mismos que pregonan de que ¡nadie se quedará atrás!. A pesar de que, un año después de su puesta en marcha, el Ingreso Mínimo Vital no llega ni al 20% de los castellano manchegos que lo solicitaron, la tozudez e insensibilidad de Page le sigue alejando de la realidad de quienes están en primera línea, día tras día.
Prefiero hablar de esas familias que, en el más absoluto silencio, logran superar subidas del recibo de la luz y de todos los suministros, de las incorporaciones escolares de sus hijos y de todas las contingencias domésticas, a través de diarias operaciones financieras “en la cocina”, o priorizaciones de los gastos familiares “bajo la luz del flexo”, con todos los “pequeños” durmiendo, ajenos a los desvelos y preocupaciones que viven quienes les cuidan y protegen.
Prefiero seguir hablando de familias, en éste caso numerosas, que como una buena amiga me confiesa, “viven siempre en una auténtica economía de guerra”. De esas familias que santifican la herencia de la ropa de hermanos mayores a hermanos pequeños y que contrarrestan las adversidades por medio de la inquebrantable fidelidad a los principios que emanan del núcleo familiar. A pesar de ello, el 27,3% de las personas que viven en éstos hogares en España, están en pobreza severa, cifra que multiplica por tres los datos registrados en el resto de hogares, que se sitúa en el 8,5%.
Me apetece hablar de las Entidades Sociales, de los Ayuntamientos, de cualquier signo político, de los profesionales del Sistema Público de Servicios Sociales, que han multiplicado sus presupuestos y recursos propios, materiales y humanos, con el objetivo de ser apoyo directo y, en la mayoría de las ocasiones único, de unas personas y familias que han encontrado el refugio que el Gobierno Regional les ha negado. Los ciudadanos son absolutamente conscientes que todos ellos han sido el auténtico motor de compensación ante tantas necesidades imprevistas en éstos durísimos meses, que siguen y seguirán acompañando a las familias en la superación de los procesos de vulnerabilidad y exclusión social vividos. Que no desfallecen, ejerciendo su labor con la máxima rentabilidad, puesto que no puede existir tanta implicación con tan pocos recursos.
Prefiero hablar de quien propone en vez de quien descalifica. De quien, en primera persona, escucha y empatiza con lo que estamos viviendo en vez de quien se justifica, culpabilizando a todos los que osan ser capaces de cuestionar una realidad que solamente puede ver él y los pocos que aún le creen. De quien alza la voz para seguir reclamando se adopten las medidas oportunas y las partidas presupuestarias necesarias para que se logren superar las sonrojantes cifras de pobreza y exclusión social sobre quien, teniendo el mayor presupuesto de la historia de Castilla-La Mancha, ha dejado abandonadas, a su suerte, a las familias. De quien sigue recogiendo, de forma incansable, todas las propuestas que la sociedad civil de nuestra región le transmite, sobre quien se siente agotado y prefiere el anuncio vacío de contenido a ejercer como presidente de todos. Prefiero hablar de Paco Núñez que de Emiliano García Page.
Gracias a la resistencia y fortaleza de todos, gracias a una ciudadanía que está sabiendo sobreponerse a sus dirigentes, ésta región seguirá teniendo futuro. Nuestra región lleva acumulando muchas decepciones de quienes debieran ofrecer seguridad y certidumbre, de quienes deberían cumplir los compromisos adquiridos ante una sociedad que ahora los identifica como eslóganes vacíos. Es evidente el hartazgo hacia quienes han perdido cualquier atisbo de credibilidad, a quienes han agotado su paciencia un Gobierno y un Presidente Regional “de propaganda”, reclamando, a una sola voz, las palabras de Benjamin Franklin “Bien hecho es mejor que bien dicho”.