Francisco de Paula Alcalá de la Torre de Puebla de Almenara a Héroe de las Guerras Napoleónicas y Capitán General de Filipinas
Nacido el 31 de diciembre de 1792 en Puebla de Almenara, Cuenca, Francisco de Paula Alcalá de la Torre fue uno de los más destacados militares españoles del siglo XIX. Su vida estuvo marcada por su participación en las guerras napoleónicas, las campañas contra los carlistas y su nombramiento como Capitán General de Filipinas, lo que lo consolidó como un teniente general de notable reputación.
Su carrera militar comenzó de manera temprana, cuando en 1808, a la edad de 16 años, se unió al Regimiento de Infantería de Cazadores Voluntarios de Valencia durante la Guerra de la Independencia contra Napoleón. Francisco participó activamente en batallas clave, como la defensa de Zaragoza, donde fue hecho prisionero por primera vez, y más tarde en la resistencia contra las tropas francesas en Alcañiz, María y Belchite. Durante esta etapa de su vida, fue capturado en múltiples ocasiones, pero logró fugarse repetidamente, mostrando una valentía y tenacidad que marcarían su carrera. Su destacada actuación le valió la prestigiosa Cruz de San Fernando de 1.ª clase, una de las condecoraciones más altas de la época.
Con el fin de las guerras napoleónicas, Alcalá de la Torre continuó su servicio militar y fue llamado a liderar campañas durante la Primera Guerra Carlista. Fue ascendido a coronel en 1833 tras una brillante campaña en Teruel, donde desmanteló con éxito partidas carlistas sin recurrir a la violencia. A partir de ahí, su carrera tomó impulso, y se le confió la defensa de plazas clave como Villalba de Losa y Bilbao, acciones que le valieron nuevas distinciones, como dos Cruces de San Fernando de 3.ª clase.
En 1841, su lealtad al gobierno de Baldomero Espartero durante la crisis política le aseguró el ascenso a teniente general, el rango militar más alto que alcanzó. Al año siguiente, fue nombrado Capitán General de Filipinas, un cargo de gran responsabilidad en la administración colonial española. Sin embargo, su travesía hacia las islas estuvo plagada de dificultades, incluyendo una grave epidemia de disentería que asoló la tripulación de la fragata Esperanza. Pese a estas adversidades, Francisco llegó a Manila en junio de 1843 y ejerció el mando hasta 1844, dejando su huella en el gobierno colonial.
De regreso a España, su carrera continuó con importantes responsabilidades, siendo nombrado senador vitalicio en 1851. Francisco de Paula Alcalá de la Torre falleció el 24 de diciembre de 1854 en Madrid, dejando tras de sí un legado de servicio militar en defensa de España. Caballero Gran Cruz de las Órdenes de San Hermenegildo y Carlos III, y Comendador de la Legión de Honor, su vida ejemplifica el coraje y la dedicación que definieron una generación de soldados españoles que enfrentaron los desafíos de una época convulsa.
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