Infodemia, otra consecuencia de la pandemia
Por MLuz D.
La pandemia del COVID-19 ha dado un giro radical a nuestras vidas. Por lo terrible del virus y porque de la noche a la mañana ha trastocado todos nuestros planes. Mas allá del aspecto tan fundamental y vital como es el de salud estamos viendo como afecta a otros sectores. Si hace una semana nos paramos en la esfera de la publicidad hoy reflexionamos acerca del de la información.
Durante los primeros días y semanas de cuarentena y confinamiento los medios, las redes sociales y también la mensajería instantánea se hacían eco de datos, recomendaciones, testimonios etc. Mucho de ello era contenido carente de veracidad. A esta información falsa se la ha bautizado con el nombre de infodemia. La infodemia no es mas que la información inexacta o la sobreabundancia informativa falsa y de rápida propagación entre los medios y personas.
Cualquier ciudadano mínimamente conectado a la actualidad ha sido víctima de la infodemia. En esas primeras jornadas de confinamiento en mi teléfono recibía mensajes de audio del primo de una amiga que trabajaba en no se que hospital y que contaba con todo lujo de detalles el sufrimiento en primera línea. Ni que decir que no existía aquel profesional sanitario del audio. Pero el mensaje ya se había propagado. El servicio de mensajeria de Whatsapp ha sido uno de los mas utilizados en este tipo de noticias falsas. Quienes lo hacen juegan con las emociones, con los miedos y los prejuicios.
Los expertos en comunicación afirman que los bulos mas propagados en estos días tienen que ver con el origen del virus, planteando diferentes hipótesis de su aparición; los falsos remedios que casi tienen que ver con soluciones simples que en el fondo buscan estafar a los usuarios y los bulos de audio, estas historias de hospital que parecen muy reales.
Con la lección aprendida debemos quedarnos en informarnos solo lo suficiente. Principalmente de los telediarios, prensa y medios de rigor. No estar todo el día conectados sino solo leer lo suficiente para estar informados, tener un criterio y saber distinguir lo que es información de verdad de lo que no lo es. Por el bien de la información y sobretodo por el de uno mismo.
