Torrubia vive la Primera Novena con emoción y un ejemplar comportamiento vecinal

Por Mluz D.

Con el reflejo de lo que fue pero sin serlo. Emotiva, diferente, extraña y algo rara así se vivió la celebración de la Primera Novena ayer en Torrubia. Las limitaciones derivadas de la COVID-19 hicieron que los torrubianos vivieran los actos de culto programados con emoción y ejemplar comportamiento.

La celebración de la Misa se llevó a cabo a partir de las 21.00 h. en un templo marcado por el aforo limitado para cumplir la distancia social. Muchos fueron los fieles que se acercaron a escuchar el inicio del novenario de una Virgen del Valle preparada, como es costumbre, a un lado del Altar Mayor. Vestida con manto blanco, el “de los pozos”, la imagen de la del Valle estaba preparada para después salir por las calles de Torrubia.

Un número escaso de músicos interpretaba los acordes del himno nacional a su salida por la Puerta del Sol. La Virgen salía acompañada por un número muy reducido de personas: miembros de la Comisión tirando de la carroza,, los fieles que ofrecieron la Procesión y detrás párroco y autoridades municipales a la debida distancia.

En su recorrido de costumbre la esperaban los primeros “encares” que este año dadas las circunstancias se pudieron hacer en este 29 de agosto. Los vecinos la esperaron en las puertas de sus casas, o en las aceras y en las bocas de calle. Sonaron los “Vivas” y los aplausos al verla pasar. Todo bajo la emoción de volver a ver a la Virgen ante una situacion dificil pero siempre cumpliendo todas las medidas de seguridad sanitaria. Al finalizar su recorrido la carroza se paró en la Plaza de la Iglesia donde se quemó un ramillete de fuegos artificiales.

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