La Fuente del Abanico: una historia de engaño en el Paseo del Júcar
En la ribera del río Júcar, en pleno Paseo del Júcar de Cuenca, se encuentra una fuente que esconde una curiosa leyenda sobre el amor, la astucia y el engaño.
Cuenta la historia que un hombre solía pasar todas las tardes en el casino, dejando sola a su esposa. La mujer, aprovechando la rutina de su marido, se citaba en secreto con su amante junto a una fuente cercana al río. Durante un tiempo, su infidelidad pasó desapercibida, hasta que un amigo del esposo, conocedor de sus hábitos, la sorprendió en plena traición.
Sin perder tiempo, el testigo corrió a contarle al marido lo que había visto. Este, presa de la ira, se dirigió rápidamente a la fuente, esperando atrapar a los amantes. Sin embargo, al llegar, no encontró a nadie, solo un abanico caído en el suelo. Al reconocerlo como propiedad de su esposa, sus sospechas se confirmaron.
La mujer, dándose cuenta de su descuido, ideó un plan. Pidió ayuda a una amiga de confianza, quien accedió a encubrirla. Cuando el marido llegó a casa, furioso y dispuesto a confrontarla, la astuta amiga intervino antes de que él pudiera hablar. Con seguridad, reclamó el abanico, asegurando que era suyo y que lo había perdido en la fuente.
El marido, desconcertado y sin más pruebas, tuvo que aceptar la explicación, creyendo haber sido víctima de una falsa acusación. Sin embargo, el episodio no fue olvidado. Tiempo después, alguien decidió inmortalizar la historia grabando un abanico en piedra en la fuente, dejando así un recuerdo eterno de aquel engaño.
Desde entonces, la Fuente del Abanico sigue siendo testigo mudo de esta intrigante leyenda conquense.
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